Instrumentos para observar

Supuesta la inmensa distancia que nos separa de los cuerpos celestes, el ojo humano es un instrumento insuficiente para proporcionarnos una visión detallada del Universo. Por ello, resulta prodigioso que el hombre, antes de la invención del telescopio, llegara a medir con gran exactitud los movimientos de los astros, a calcular los eclipses, a intuir la estructura del Sistema Solar y a determinar las leyes que rigen sus órbitas.


Colores, temperatura, luminosidad

Como ya sabemos, unas estrellas son mayores y otras menores que el Sol, unas más luminosas y otras menos luminosas. Las diferencias son enormes, aunque desde el primer momento conviene advertir que las más calientes no son siempre las más luminosas, pues las gigantes rojas tiene una temperatura superficial baja y una gran luminosidad. Existen estrellas,  como la Epsilon del Cochero o la Ji del Cisne, frente a las cuales nuestro Sol sería  como una pelota de tenis ante la cúpula de una gran catedral. Las hay también enanas, poco mayores que Júpiter, más variedad imposible.


La Galaxia

Si queremos contemplar el firmamento en toda su grandeza, tenemos que salir de la ciudad en una noche serena y sin luna. Entre los focos artificiales, o con luna llena, no lograremos contar miles de estrellas, ni contemplar, a simple vista, el más  portentoso espectáculo de los cielos que es la Vía Láctea. La Vía Láctea, o Galaxia, se nos presenta como una banda lechosa (de ahí su nombre) de suave resplandor, que  atraviesa una zona del cielo como un gran arco tendido sobre nuestras cabezas. Los antiguos pensaban que este arco lechoso era algo así como la soldadura que unía a los dos hemisferios celestes.


Las constelaciones

Para orientarse en el cielo, el hombre se ha ido fijando en la disposición de las estrellas, al tiempo que ha imaginado que dibujan figuras humanas, de animales o cosas. Así, un grupo de estrellas forma la constelación de Hércules, otro la del Águila, otro la de la Lira, y así sucesivamente. Por lo general, hace falta una dosis muy grande de imaginación para encontrar parecido a las alineaciones de estrellas con estos objetos, pero su nombre es muy útil para guiarnos en el cielo.